Ya hemos visto con anterioridad qué fue de otras viejas glorias del P2P como es el caso de BitTorrent y eMule. En esta ocasión hablaremos de LimeWire, un programa que nunca fue tan popular como los anteriores, pero también tuvo su momento.
Un poco de historia
LimeWire aparece hace una década, siendo por aquel entonces una alternativa más para descargar archivos desde la red Gnutella. Programado en Java y de código abierto, está disponible para Windows, Mac y Linux. Según la compañía que lo desarrolla, LimeWire LLC, tiene 50 millones de usuarios activos mensuales.
Desde entonces hasta hoy, se ha enfrentado a diversos problemas. Por un lado, los legales. No tardó mucho tiempo en recibir su primera demanda, a los pocos meses de entrar en servicio, aunque ésta no prosperó. Bastante más severo será el golpe que recibe en Mayo de 2010 por una demana interpuesta cuatro años antes, en las que se daba la razón a la RIAA.
Pero la legalidad no es el único punto débil de LimeWire. La sombra del spyware ha estado siempre a su lado, con inclusiones de barras para el explorador (de instalación obligada), un elevado índice de basura variada en sus descargas (spyware, fakes, virus, etc) y la inclusión de LimeShop, que entre otras cosas monitorizaba las compras online del usuario para redirigir las comisiones a LimeWire LLC. En definitiva, nunca fue trigo limpio.
El presente
Hoy en día, LimeWire sigue existiendo, como puedes ver si visitas su página web. Aún ofrece su código fuente, aunque eso no quita que se sirva en dos variantes: una gratuita y otra PRO, de pago, con algunas funciones adicionales como mayor resultados y velocidad y análisis antivirus con AVG.
La última versión -para Windows- a la hora de escribir este post es la 5.5.16, que puedes bajar desde aquí. La página web intenta confundirte constantemente para que adquieras la versión PRO, escondiendo el botón de descarga para la versión básica todo lo posible.
Instalación
Las intenciones de la instalación no son muy distintas. Aunque ya no es obligatorio instalar la barra de herramientas, como lo era años atrás, lo mejor será desmarcar las casillas correspondientes. Además, también intenta -otra vez- venderte la versión PRO.
Configuración
Una vez la instalación ha terminado, se inicia LimeWire, mostrando un asistente de configuración. En él se encuentra, posiblemente, la opción más divertida que nunca vas a ver en un programa P2P. Se llama «No me permita descargar o subir archivos cuyos propietarios de derechos de autor han solicitado que no sean compartidos«. En definitiva, marcar esta opción limitaría el uso de LimeWire a archivos gratuitos (o cuyos autores aún no se han enterado de esto de las nuevas tecnologías).
Por supuesto, antes de terminar el asistente, intentará de nuevo que compres la versión PRO.
Funcionamiento
Al terminar, LimeWire se pone en marcha. La interfaz no desagrada, aunque tampoco impresiona. No obstante, se puede decir que es muy fácil de usar, con el buscador bien visible y unas opciones de filtrado de los resultados accesibles y muy prácticas.
El problema radica en que esto es lo único bueno que tiene. Las búsquedas estan plagadas, literalmente, de resultados autogenerados que contienen cualquier cosa menos la que en realidad estás buscando. Un ejemplo claro se puede ver en la captura anterior, donde, aún inventando una búsqueda inverosímil, arroja 48 resultados, todos falsos.
Aún si obviamos esto, los resultados son muy escasos, sin apenas fuentes incluso para búsquedas muy populares.
Para terminar, la privacidad no es tampoco uno de sus puntos fuertes, pues publica y deja bien visibles las direcciones IP de todos los usuarios que están compartiendo determinado archivo.
Conclusiones
En resumen, se puede decir, sin temor a equivocarse, que nadie en su sano juicio debería utilizar LimeWire en lugar de otros programas como FrostWire (también red Gnutella) o Songr (descarga directa), por nombrar algunos.
LimeWire es un muerto viviente, un dinosaurio, pero no uno amigable como los de En busca del valle encantado, sino uno con mala idea, que ha destacado por intentar sacar provecho de sus usuarios y, en un último intento de vender una versión PRO, limita por ende la funcionalidad de la versión básica.
Será mejor recordar LimeWire por lo que fue, quizá en sus primeros momentos de existencia, antes de que la avaricia se adueñara de sus mentes. Hoy en día es pura fachada, una interfaz que no nos deja ver que al otro lado está podrido.
… Y finalmente murió
Actualización 27/10/10: Tal como puedes comprobar si entras en su página web, LimeWire ha cerrado sus puertas por orden judicial. Finalmente, parece que ha llegado la hora de tirar el limón podrido a la basura. No se le echará mucho de menos.